Por fin descansas…
Después de un mes tan duro, tan complicado, has cerrado los ojos, esos ojos que siempre estaban empañados en lagrimas desde el día que se fue ella. Tu vida, tu mitad, tu compañera… Gracias por enseñarme lo que es el amor incondicional.
Hoy soy feliz , porque aunque es un día eterno y difícil estáis juntos para siempre.
Ahora en el cielo tengo dos lucecitas que sé que siempre me estarán cuidando y guiando y me daréis la fuerza para seguir hacia delante en el camino.
No se si te lo he dicho alguna vez lo orgullosa y feliz que estoy como nieta cada vez que alguien me dice cosas tan buenas de ti, eras una gran persona y tan trabajador… así te recuerdan y así yo también te recordaré.
Gracias por ser tan bueno, por enseñarme a ser buena persona, por cuidarme desde pequeñita, por ser tan prudente y nunca querer molestarnos, y hasta por regañarme, por que todo me ha servido para aprender .
Nos hemos despedido para siempre en Cobos en ese lugar en el que estoy tan feliz, en el que tu también eras feliz y al que yo estaré siempre tan agradecida.
Sé que no has soltado mi mano, que siempre estarás ahí y que me sostienes con fuerza.
Te quiero abuelito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario